El Banco Central de Tailandia sorprendió a muchos al recortar su tasa de interés clave el pasado miércoles, movida que se dio por primera vez desde mayo de 2020. La decisión busca llevar las tasas a un nivel "neutral" que esté más alineado con el potencial de crecimiento de la economía del país, según lo indicó la entidad. A pesar de la especulación, el banco central ha minimizado el impacto de las presiones políticas en su decisión, destacando que la reducción no fue influenciada por los llamados del Gobierno para flexibilizar la política monetaria.
El recorte de 25 puntos básicos marca un giro en la política monetaria del Banco de Tailandia (BOT), luego de mantener las tasas estables durante cinco reuniones consecutivas. Este movimiento se da después de meses de presión por parte del gobierno, que buscaba formas de impulsar el crecimiento económico, que ha estado ralentizado en los últimos tiempos. La nueva tasa de recompra a un día fue ajustada a 2,25%, bajando desde el 2,50% que había alcanzado en septiembre de 2023, el nivel más alto en una década.
Este anuncio tuvo efectos inmediatos en los mercados financieros. El índice bursátil de referencia de Tailandia subió un 1,6%, mientras que el baht, la moneda local, cayó un 0,36%. A pesar de que muchos no esperaban este movimiento, solo 4 de 28 economistas encuestados por Reuters predijeron este recorte de tasas.
El Banco Central de Tailandia explicó que la nueva tasa no afectará el proceso de reducción de deuda en el país, y que la decisión fue más una "recalibración" de la tasa de interés de referencia que un inicio de un ciclo de flexibilización. El gobernador adjunto del banco, Sakkapop Panyanukul, afirmó que la decisión no fue influenciada por presiones políticas, lo que parece ser una respuesta a los rumores sobre el papel del gobierno en este cambio.
Por su parte, el viceministro de Finanzas, Paopoom Rojanasakul, comentó que este recorte ayudará a estimular el crecimiento económico y que demuestra una buena coordinación entre las políticas fiscales y monetarias del país. En la reunión previa del BOT, que tuvo lugar en agosto, solo uno de los miembros del comité había apoyado un recorte de tasas, pero esta vez, los crecientes desafíos económicos convencieron a más miembros de que era necesario.
El jefe de investigación de mercados de capitales de Kasikornbank, Kobsidthi Silpachai, explicó que factores como las inundaciones en algunas áreas, la competencia con las importaciones chinas y los cierres de fábricas fueron claves para inclinar la balanza hacia el recorte de tasas. Miguel Chanco, economista jefe para Asia emergente en Pantheon Macroeconomics, predijo que es probable que se produzca otro recorte en la próxima reunión de tasas en diciembre. De hecho, Capital Economics también espera una nueva reducción, con proyecciones de que la tasa clave alcance un 1,5% a fines del próximo año.
El panorama económico en el Sudeste Asiático sigue siendo variado. Mientras que Tailandia recortó sus tasas, otros países de la región tomaron decisiones distintas: Filipinas también optó por un recorte de tasas, mientras que Indonesia decidió mantenerlas sin cambios.
En cuanto a las perspectivas de crecimiento, el Banco Central de Tailandia elevó ligeramente su pronóstico para 2024, de un 2,6% a un 2,7%, y predijo un crecimiento del 2,9% para 2025, una cifra ligeramente inferior al 3% previamente estimado. A pesar de este ajuste positivo, la economía tailandesa sigue rezagada en comparación con otras economías de la región, afectada por un alto endeudamiento de los hogares y unos costos de financiamiento elevados, además de una disminución en las exportaciones.
Finalmente, el BOT también ajustó su pronóstico de inflación general para 2024, reduciéndolo del 0,6% al 0,5%, un nivel que está por debajo de su rango objetivo de 1% a 3%. Tanto el banco central como el Ministerio de Finanzas tienen previsto reunirse a finales de octubre para discutir nuevamente las metas de inflación y evaluar el estado de la economía.
En resumen, el recorte de tasas por parte del Banco Central de Tailandia marca un intento por reactivar el crecimiento económico, pero sin ceder a las presiones políticas. Los desafíos continúan siendo significativos, pero la recalibración de la política monetaria podría ofrecer el impulso necesario para estabilizar la economía del país.