Altos costos y procedimientos complejos frenan la transición de los micronegocios dominicanos hacia la formalidad.
Los micronegocios en República Dominicana parecen estar reacios a dar el paso hacia la formalización, con un notable 45.51% de ellos sin interés en formalizarse y un 11.98% aún indeciso. A pesar de que un 42.51% muestra interés en regularizar sus operaciones, la transición aún no se ha iniciado, según revela una reciente encuesta aplicada a 1,002 mipymes en el Gran Santo Domingo.
La investigación, llevada a cabo por la Confederación Patronal de la República Dominicana (Copardom) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca el alto costo de formalización como la principal barrera, seguido por la complejidad de los trámites de registro. Este fenómeno no solo se observa en el sector informal, donde el 41% de los negocios percibe la formalización como un desafío, sino también en los sectores formales y subformales, con un 34%-35% compartiendo esta percepción.
Sorprendentemente, incluso entre las empresas ya formalizadas, existen procesos de registro pendientes, especialmente relacionados con la Seguridad Social ante la TSS, la Planilla de Personal y el Registro Nacional Laboral, aunque estos casos son minoritarios (2%).
El análisis también revela diferencias significativas en el uso de propiedades entre negocios formales e informales; el 70% de los formales alquilan sus locales, mientras que el 32% de los informales son propietarios de los suyos. Este patrón se invierte al considerar la tenencia de los locales, con una mayor proporción de negocios informales siendo propietarios (45%) en comparación con los formales (29%).
En términos de financiamiento, ambos sectores dependen principalmente de recursos propios, aunque los bancos privados juegan un papel crucial para las empresas formales y el sector comercial. La adopción de tecnologías de información es otra área donde se observan diferencias marcadas, con las empresas formales liderando en la integración de servicios digitales, mientras que más de la mitad de los negocios informales carecen de acceso a estas tecnologías.
Este panorama refleja los desafíos que enfrentan los micronegocios en República Dominicana para integrarse a la economía formal, destacando la necesidad de políticas que faciliten este proceso y promuevan un entorno empresarial más inclusivo y equitativo.