La economía de Turquía crecerá alrededor de un 3% este año y el próximo, según una encuesta de Reuters realizada entre economistas. Este crecimiento está por debajo de las proyecciones del gobierno, lo que indica que la economía se desacelerará más de lo que se esperaba, mientras las autoridades intentan controlar la alta inflación que afecta al país.
Según los economistas encuestados, el banco central de Turquía mantendrá su tasa de interés clave en un alto 50% cuando se reúnan este jueves, pero es probable que comience a reducir esa tasa en 250 puntos básicos antes de que termine el año.
El gobierno de Turquía comenzó a ajustar su política económica a mediados de 2023, cambiando de una estrategia de tasas bajas que había sido defendida por el presidente Tayyip Erdogan. Esa política buscaba impulsar el crecimiento económico, pero contribuyó a una fuerte inflación. Desde entonces, el banco central ha incrementado las tasas de interés en 4,150 puntos básicos, y el gobierno ha implementado medidas fiscales y de ahorro para intentar equilibrar la economía y superar las crisis monetarias y los aumentos de precios.
La campaña para enfriar los precios, según los economistas, reducirá el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a un promedio de 3% este año y el próximo. Este dato se basa en una encuesta realizada entre 42 economistas del 8 al 14 de octubre. En contraste, el gobierno tiene una previsión más optimista, esperando un crecimiento del 3.5% este año y del 4% en 2024, según su plan económico de tres años. El año pasado, en 2023, la economía turca creció un 4.5%.
La encuesta de Reuters también mostró que se espera que el PIB de Turquía crezca un 3.6% en 2026. La firma de gestión de inversiones Natixis comentó que el gobierno ha cumplido con su promesa de aplicar políticas económicas más tradicionales, introduciendo medidas fiscales que han frenado el crecimiento económico, pero que han ayudado al banco central a combatir la inflación.
Natixis señaló que el impacto de estas políticas más estrictas ya se refleja en varios indicadores económicos, aunque no prevén una recesión inminente. La firma espera más bien una desaceleración en el crecimiento del PIB.
El banco central de Turquía anunciará su decisión sobre las tasas de interés el 17 de octubre. Según la encuesta de Reuters, los economistas no creen que el banco central comience a flexibilizar su política monetaria de manera significativa hasta el próximo año. Se espera que el banco reduzca gradualmente las tasas de interés a lo largo de los próximos años, llevándolas al 30% para finales de 2025.
Los economistas pronostican que la tasa de interés oficial caerá al 42.5% en el primer trimestre de 2024 y al 35% en el segundo trimestre. Para finales del tercer trimestre de 2024, se espera que la tasa de interés esté en el 30%.
Las políticas restrictivas, junto con las medidas fiscales y los efectos de base, han logrado reducir la inflación en Turquía al 49.38% en septiembre, desde un pico del 75.45% en mayo. Los economistas esperan que la inflación continúe cayendo, proyectando un 43.5% para finales de este año y un 25.2% para 2025. Por su parte, el gobierno prevé que la inflación caiga al 41.5% en 2024 y al 17.5% en 2025.
Finalmente, se espera que el déficit de cuenta corriente de Turquía sea del 1.8% del PIB este año y el próximo, según los economistas encuestados. Esto es similar al pronóstico del gobierno, que espera un déficit del 1.7% para 2024 y del 2% para 2025.
En resumen, aunque Turquía está logrando reducir la inflación con políticas más estrictas, el costo de estas medidas será un crecimiento económico más lento de lo que el gobierno había proyectado inicialmente.