La inflación en la zona euro ha comenzado a desacelerarse, acercándose al objetivo del 2% que busca el Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, Mario Centeno, uno de los responsables de la política monetaria del BCE, advirtió que ahora el riesgo principal es no llegar a cumplir esa meta. Durante un evento en Washington este martes, Centeno destacó la importancia de manejar con cautela los próximos movimientos en las tasas de interés para evitar que la inflación caiga por debajo de lo necesario.
Centeno propuso que la mejor estrategia sería una "reducción gradual, constante y predecible de los tipos de interés". Esta disminución debería continuar hasta que las tasas lleguen a un nivel neutral, que Centeno estimó podría estar en torno al 2%, o tal vez un poco por debajo de esa cifra. Actualmente, la tasa de depósito del BCE se encuentra en el 3,25%, lo que, según Centeno, está considerablemente por encima del nivel neutral que ayudaría a estabilizar la economía.
El funcionario señaló que, a medida que las tasas se acerquen al nivel neutral, será crucial reevaluar la situación económica y los datos disponibles, como los del mercado laboral, para determinar si será necesario hacer recortes adicionales en las tasas. Estos datos, dijo, serán esenciales para guiar las futuras decisiones del BCE sobre cómo ajustar su política monetaria.
El jueves pasado, el BCE redujo las tasas de interés por tercera vez en el año, con un recorte de 25 puntos básicos. Esta decisión refleja un intento de controlar la inflación y estabilizar la economía de la zona euro, que ha mostrado señales de debilidad en los últimos meses. Los inversores ya están anticipando que el BCE hará más recortes en las próximas reuniones, posiblemente en las próximas cuatro o cinco sesiones, especialmente porque se cree que la inflación podría disminuir más rápido de lo previsto inicialmente. Sin embargo, el crecimiento económico en la zona euro sigue siendo lento, lo que genera incertidumbre sobre el impacto de estas medidas.
Centeno expresó su preocupación de que el verdadero riesgo ahora es que no se alcance el objetivo de inflación, lo que podría tener consecuencias negativas para la economía. Además, señaló que los riesgos a la baja que están afectando las proyecciones del BCE provienen, en su mayoría, de factores internos, lo que hace que sea aún más importante monitorear de cerca la situación.
Otro aspecto preocupante es que el mercado laboral, que hasta ahora había mostrado resiliencia a pesar de la desaceleración económica, está empezando a mostrar señales de debilitamiento. Esto podría ser un indicio de que la economía en general está perdiendo fuerza. Además, Centeno mencionó la falta de confianza entre los consumidores e inversores europeos, lo que está frenando la inversión en la región y, por lo tanto, afectando el crecimiento económico.
"La economía europea no está invirtiendo y por eso no está creciendo", dijo Centeno, enfatizando que una de las claves para la recuperación económica será aumentar la confianza y fomentar la inversión tanto en el ámbito empresarial como entre los consumidores.
En resumen, Centeno sugiere que el BCE continúe recortando las tasas de manera cuidadosa y progresiva, prestando especial atención a los datos que lleguen sobre la inflación, el empleo y el crecimiento económico. La idea es evitar que la inflación se quede por debajo de la meta del 2%, mientras se busca equilibrar la economía y promover un crecimiento más sólido en la zona euro. Con los riesgos actuales y la incertidumbre sobre el futuro económico, las próximas decisiones del BCE serán cruciales para determinar si la economía de la región puede volver a encaminarse hacia una recuperación más estable.