La principal agencia de protección al consumidor de Estados Unidos, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), anunció este martes una nueva regulación de "banca abierta" que promete facilitar a los consumidores cambiar de proveedor de servicios financieros. Esta medida, según la agencia, está diseñada para fomentar la competencia en el sector financiero y brindar más opciones a los usuarios.
La normativa establece nuevas reglas sobre cómo las empresas de tecnología financiera (fintech) y los bancos tradicionales deben manejar el intercambio de datos de los consumidores. Básicamente, permitirá que las personas transfieran su información financiera de una institución a otra de manera más simple y sin costos adicionales. Esto implica, por ejemplo, que un consumidor pueda mover su historial financiero desde su banco actual hacia una aplicación de gestión de finanzas personales o a otro banco sin grandes dificultades.
Desde que se anunció esta regla, han surgido reacciones mixtas en la industria financiera. Por un lado, los bancos, que probablemente se verán afectados, han criticado la medida. Señalan que puede aumentar los riesgos relacionados con la seguridad de los datos de los consumidores y que la CFPB está yendo más allá de sus poderes legales con esta regulación. Por otro lado, las fintech han recibido la normativa con agrado, argumentando que fomentará una transferencia de datos más segura y eficiente, lo que beneficiará tanto a las empresas como a los usuarios.
El director de la CFPB, Rohit Chopra, defendió la regulación en un discurso pronunciado en un evento organizado por el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia. Comparó esta nueva norma con las regulaciones que permiten a los usuarios de teléfonos móviles cambiar de proveedor manteniendo el mismo número, y destacó que esta medida ayudará a modernizar los sistemas de pago en Estados Unidos, poniéndolos más en línea con los de otros países desarrollados. Además, subrayó que la normativa incluye importantes protecciones a la privacidad y otorga al consumidor el control sobre sus datos.
Chopra explicó que, bajo esta nueva regulación, una empresa que reciba los datos de un consumidor solo podrá utilizarlos para el servicio que el cliente ha solicitado, y no para otros fines, a menos que el consumidor lo autorice explícitamente. Esta medida tiene como objetivo proteger a los usuarios de prácticas que podrían comprometer su privacidad o utilizar su información de formas que no desean.
El desarrollo de estas reglas ha sido un proceso largo y complicado. Aunque fueron propuestas oficialmente hace un año, la idea de "banca abierta" fue introducida por primera vez en las reformas de Wall Street de 2010, después de la crisis financiera de 2008. Han pasado 14 años desde que comenzaron a discutirse y ahora, finalmente, están tomando forma.
Además de facilitar el cambio de proveedor de servicios financieros, la CFPB señala que la nueva norma podría beneficiar a los consumidores al ofrecerles mejores condiciones para obtener préstamos. Por ejemplo, los prestamistas podrían utilizar la información financiera que los consumidores tienen en otros bancos para ofrecer préstamos con condiciones más favorables. También será posible hacer pagos directamente desde las cuentas bancarias de los usuarios sin necesidad de utilizar tarjetas de crédito.
Una característica importante de esta regulación es que los consumidores podrán revocar el acceso a sus datos en cualquier momento. Esto significa que si deciden que ya no quieren compartir su información con un proveedor, podrán eliminar ese acceso de manera inmediata.
Antes del anuncio oficial, la CFPB realizó algunos ajustes en la propuesta original tras escuchar las preocupaciones de la industria y el público. Por ejemplo, los bancos más pequeños, con activos inferiores a los 850 millones de dólares, no estarán obligados a proporcionar los datos de los consumidores. Además, las fintech más grandes tendrán hasta 2026 para cumplir con la normativa, mientras que las más pequeñas tendrán hasta 2030.
El anuncio también ha recibido apoyo en el Congreso. Patrick McHenry, presidente republicano del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, elogió la nueva norma y sugirió que el Congreso debería codificarla en ley para garantizar su permanencia.
Varios actores del sector financiero, como agregadores de datos (empresas que actúan como intermediarias entre los bancos y las fintech) y asociaciones de tecnología financiera, también celebraron la nueva regulación. Empresas como Plaid y Akoya, que facilitan la conexión entre bancos y fintech, así como la Asociación de Tecnología Financiera, que incluye grandes nombres como PayPal, aplaudieron la medida por promover la transferencia segura de los datos de los consumidores.
Sin embargo, no todos están contentos. Lindsey Johnson, directora de la Asociación de Banqueros de Consumidores, criticó la medida, argumentando que la CFPB ha distorsionado el mandato del Congreso para permitir que "miles de terceros" accedan a la información de los consumidores. Asimismo, el Consejo Americano de Fintech (AFC) se quejó de que las reglas sobre el uso de datos eran demasiado restrictivas, impidiendo el uso secundario de los datos para ventas cruzadas y publicidad personalizada.
En resumen, la nueva regulación de "banca abierta" tiene el potencial de transformar la forma en que los consumidores interactúan con los servicios financieros en Estados Unidos, brindándoles más control sobre sus datos y fomentando una mayor competencia en el sector. Aunque la medida ha generado divisiones en la industria, es un paso importante hacia la modernización del sistema financiero.