El déficit presupuestario de Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes, situándose ahora como el tercero más alto en la historia del país. Según un análisis realizado por la firma Evercore ISI, este déficit no variaría mucho si Kamala Harris o Donald Trump llegaran a la presidencia. En su informe, los analistas sostienen que el impacto macroeconómico de las políticas fiscales de ambos candidatos sería bastante similar, sin importar quién gane la Casa Blanca en las próximas elecciones.
Un déficit histórico
Para el año fiscal 2024, el déficit presupuestario de Estados Unidos ha alcanzado los 1,7 billones de dólares, lo que equivale al 6,3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Este es el tercer déficit más grande jamás registrado en la historia de Estados Unidos, superado solo por los déficits generados durante la pandemia de COVID-19. Estos datos fueron publicados por el Departamento del Tesoro el 18 de octubre y han generado preocupación sobre la sostenibilidad financiera a largo plazo.
Diferencias entre Harris y Trump
Los analistas de Evercore ISI señalan que la diferencia clave entre las políticas de Kamala Harris y Donald Trump no estaría en la magnitud del déficit, sino en la composición del gasto y los ingresos. Es decir, lo que podría cambiar es cómo se distribuyen los fondos y de dónde provienen los ingresos, pero no el tamaño del déficit en sí.
Si Harris llega al poder, es probable que su administración se enfoque en expandir programas sociales y aumentar el gasto en infraestructura, según el análisis. Para compensar estos gastos, Harris podría intentar aumentar los ingresos fiscales, especialmente de las grandes corporaciones y de las personas con ingresos más altos. Sin embargo, los analistas advierten que, si Harris enfrenta un Senado controlado por los republicanos, podría tener dificultades para convertir en ley estas medidas. En ese escenario, el déficit bajo Harris podría aumentar en un 1,7% del PIB en comparación con la base legal actual.
Por otro lado, una administración de Trump probablemente se centraría en reducir los impuestos y aumentar el gasto en defensa, lo que podría conducir a una expansión del déficit. Aunque Trump podría intentar reducir el gasto en algunos programas internos, su enfoque en recortes fiscales y defensa podría aumentar el déficit en un 1,8% del PIB. Los analistas también sugieren que los legisladores republicanos más conservadores podrían tener cierta tolerancia a este aumento del déficit, especialmente si se ven involucrados en el aumento del gasto militar.
Diferencias insignificantes desde una perspectiva macroeconómica
A pesar de estas diferencias en la composición del gasto, las simulaciones realizadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (utilizando el modelo FRB/US) sugieren que el impacto macroeconómico entre las políticas de Harris y Trump sería muy pequeño. Los analistas de Evercore ISI concluyen que, desde una perspectiva macroeconómica, la diferencia en los resultados fiscales de ambos candidatos es tan insignificante que no afectaría significativamente la economía en general.
El problema de fondo: el déficit a largo plazo
Independientemente de quién asuma el cargo, el creciente déficit presupuestario de Estados Unidos es una preocupación seria que necesita ser abordada. Los analistas advierten que, si no se implementan cambios políticos importantes, el país enfrentará desafíos fiscales a largo plazo que podrían afectar su crecimiento económico y estabilidad financiera. El déficit sigue aumentando debido a factores como el envejecimiento de la población, los programas de seguridad social y Medicare, y el gasto en defensa.
La falta de medidas para controlar el déficit podría generar presiones adicionales sobre el gobierno, como un aumento de la deuda nacional. Esto no solo afectaría la capacidad del país para financiar futuros proyectos, sino que también podría tener un impacto en las tasas de interés, afectando a los ciudadanos que dependen de préstamos para comprar viviendas o financiar otros gastos importantes.
Conclusión
El análisis de Evercore ISI sugiere que, sin importar quién gane las próximas elecciones presidenciales, ya sea Kamala Harris o Donald Trump, el déficit presupuestario de Estados Unidos continuará siendo un problema importante. Aunque ambos candidatos tienen enfoques diferentes en términos de gasto e ingresos, el impacto sobre el déficit será similar en términos generales.
Lo que realmente importa no es tanto quién gane las elecciones, sino qué medidas se toman para abordar el creciente déficit. Tanto Harris como Trump enfrentarán el desafío de equilibrar el gasto gubernamental con los ingresos, sin dejar de lado las prioridades de sus administraciones. Si no se toman medidas decisivas para controlar el déficit, Estados Unidos podría enfrentar graves problemas económicos y financieros a largo plazo.
En resumen, el futuro del déficit de Estados Unidos sigue siendo incierto, pero está claro que es un tema que debe abordarse de manera seria y cuidadosa, independientemente de quién esté en el poder.